overlapping memories

El arte en tiempo de crisis es una de las áreas o como diría Nelson Goodman, esferas, que más pronto resulta damnificada. Cuando la economía va bien se tiende, tímidamente, a su apoyo institucional pues lleva consigo una publicidad directa en la imagen de quien impulsa tales propuestas. No obstante, siempre ha habido una forma diferente e independiente de poder ofrecer arte contemporáneo al margen de cuestiones y razones que nadan tienen que ver con su praxis. Una de las formas más habituales de construir propuestas es haciendo intercambios entre diferentes colectivos y ciudades a través del trabajo, la más de las veces, altruista de quienes coordinan estos eventos. Aún siendo altruistas son imperiosas para quienes realmente aman el arte y tienen la necesidad de tomar partido en iniciativas de este tipo ya que en sí mismas forman parte de su propio lenguaje artístico. Sin embargo, esta práctica que desde hace décadas se viene ejerciendo en muchos lugares, ha ido evolucionando debido principalmente a las nuevas tecnologías y las posibilidades de comunicación que hacen posible experiencias que van más allá del ámbito local. En concreto, la exposición overlapping memories tiene como punto de partida esta finalidad, la de convertirse en un evento multidisciplinar entre diferentes ámbitos creativos con una amplia gama de disciplinas y técnicas artísticas.

Si nos centramos estrictamente en el análisis artístico de overlapping memories hay que destacar que siempre es bueno que en toda exposición haya cierta unidad de lenguajes o contenidos pues hace más fácil su lectura y posibilita que el espectador pueda interpretar las obras individualmente y también dentro de un conjunto. Esta exposición, que tendrá un periplo inicial entre Pittsburg y Quart de Poblet, parte de la técnica del collage, al mismo tiempo que incide en la posibilidad de hacer una lectura retrospectiva orientada a rescatar la memoria en sus más variadas formas y contenidos. Para llevar a cabo este evento se ha seleccionado un conjunto de artistas que trabajan desde hace mucho tiempo en estos parámetros, fundamentalmente en lo que representa la recuperación de la memoria. Artistas muy cualificados y con una larga trayectoria profesional. Son, sin duda, parte de los artistas más internacionales del ámbito valenciano. Destacar la presencia de Teresa Tomás, Maribel Doménech, Elías Pérez, Moisés Mañas e Ima Picó y otros artistas muy vinculados a la ciudad como Andrea Racciatti, Carolina Loyola García o Cristina Ghetti que ya han participado en un gran número de eventos en Valencia.

overlapping memories habla de esta recuperación de vivencias en espacios desiguales empleando técnicas y procesos bien diferenciados. Es pertinente indicar que la técnica del collage tuvo su punto de partida a principios del siglo XX, movimientos como el cubismo eidético de Picasso o el uso de esta técnica por parte de un gran número de artistas pertenecientes al dadaísmo y posteriormente muy utilizado por maestros del surrealismo ahondaba constantemente en este concepto de memoria que iba más allá de la inserción procesual en la obra o la destrucción de los parámetros figurativos impuestos hasta ese momento. Bien conocidos son los billetes de metro y otros objetos que kurt schwitters incorporaba a sus creaciones. Si bien y tal como puso de manifiesto el dadaísmo, la lectura de un objeto funcional adquiere otro valor bien distinto cuando forma parte de la representación artística. También tuvo y tiene un papel fundamental el collage a partir de las denominadas segundas vanguardias, a partir de los años cincuenta, y que tuvieron una duración de al menos tres décadas. Dentro de estas segundas vanguardias habría que destacar las tendencias Neodadaístas que supusieron un punto de inflexión importante en el lenguaje del arte al incorporar cuestiones ajenas a los objetos representados. A partir de este momento, el proceso o el espacio serán determinantes en las nuevas obras de arte. Todos buscaban en este nuevo medio la procesualidad y la posibilidad de incorporar nuevos contenidos de crítica social a sus trabajos. En casi todos ellos y también en posteriores maestros de las neovanguardias de los años 60 o 70 como es el caso de Rotella, como gran maestro del decollage, proceso inverso al collage, se va más allá de la superposición de objetos en una superficie bidimensional. Desde un principio y es rasgo común en casi todos los artistas de esta época, el hacer referencia clara al objeto que se sitúa dentro del plano y que es identificable por el espectador es determinante. Esta capacidad de identificación posibilita una lectura que mucho tiene que ver con la recuperación de la memoria de determinados sucesos, épocas y espacios bien diferenciados. Es así como overlapping memories parte de cuestiones meramente técnicas a la búsqueda de un contenido homogéneo que desde puntos de vista muy diversos hablan de cuestiones muy similares. En un momento, el actual, donde todo sucede muy deprisa, donde pocos son los que se paran y piensan en cuestiones pasadas, donde todo se devora a gran velocidad, todo se archiva pero no se revisa y en consecuencia, hoy más que nunca, paradojas de la información, su abundancia hace que perdamos, en ocasiones, la memoria tan necesaria para mantener un juicio crítico, una actitud vital y lo que es más importante conocer mejor de dónde venimos qué sucede en otros lugares para así tener mayor capacidad de reflexión, más argumentos, en definitiva, eliminar prejuicios, juicios previos, y tener voz propia.

Txt_Toni Calderón